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Una joven madre soltera el 1o de Mayo 2001. ¿No existía? |
¿Jóvenes de primera y
jóvenes de quinta?
A otro perro con ese hueso, compañero…
Por Ingrid Storgen
En los últimos años, en Argentina, se
está percibiendo un fenómeno que hace muchos años no se percibía. Hubo un
cambio en la política, muchos aciertos y no pocos errores, pero que hubo cambio
no podemos negarlo.
Más allá de
la posición política que cada uno sienta que debe o quiere abrazar hay
politólogos que parecen hacer sus análisis desde una parcialidad que me parece
que raya en lo absurdo.
Es común escuchar
por boca de políticos, militantes oficialistas, periodistas, la teoría que
explica, sin argumento valedero, que los jóvenes han comenzado a tomar posición
y a adentrarse en la política a partir de la llegada al poder del presidente
Néstor Kirchner, agregando que eso no se vio nunca antes.
Dos presidentes. |
Cosa que bajo
ningún concepto podemos avalar y a mi, sinceramente, me provoca un nudo en las
tripas. Podemos sí asegurar que hace varias décadas que los jóvenes no apoyaban
mayoritariamente a ningún partido gobernante, eso es muy cierto, pero de allí a
trasladar ese criterio como si el movimiento K fuera el que introdujo la
política en la juventud es un error tan grande como si pretendiéramos asegurar
que descubrimos la pólvora.
DESDE LA IZQUIERDA Y DESDE hace
muchísimos años, hubo y hay jóvenes movilizados tomando las calles, fábricas y
escuelas. Integrando el movimiento piquetero, cuando
el país ardía, reclamando por sus derechos, formando centros de estudiantes,
poniendo el lomo para los palos cuando los actuales jóvenes K estaban muy
cómodos en sus casas y aún no les había afectado el fenómeno de moda actual.
Lógico, los palos duelen y hay espalditas delicadas que no los soportan.
Es una falta
de respeto absoluta minimizar a esa juventud que estuvo en la calle siempre,
sin gozar de ningún beneficio ni aparato cubriéndolos de las persecuciones.
Así fue como
hemos visto caer fusilados a Maximiliano Kosteki y a Darío Santillán bajo las
balas represivas de la policía bonaerense y hemos visto a otros compañeros
heridos con secuelas que hasta el momento no se han podido ni podrán curar. Los
eternos NN, pero heroicos si de heroicidad hablamos.
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"Trabajo y Dignidad y Cambio Social". Homenaje a los jovenes mártires Maximiliano Kosteki y a Darío Santillá. Ya en 2002. |
LOS HEMOS VISTO EN LUCHA en
todos los gobiernos, quienes tenemos memoria guardamos el dolor de sus imágenes
arrastradas de los pelos por las calles donde manifestaban, molido el cuerpo a
palazos antes de ser introducidos en camiones policiales.
Los jóvenes
de izquierda caminando durante horas para ir a sus centros de militancia porque
no tenían la moneda que les permitiera pagar un boleto de transporte de
pasajeros. Los hemos visto subirse a los trenes empujando por no tener boleto.
Los hemos
visto organizándose para acompañar cada marcha de los organismos de derechos
humanos, de reclamos de trabajadores y hasta en marchas de los jubilados. Eran
esos jóvenes que tal vez nunca lleguen a jubilarse por carecer, aún hoy, de
trabajo formal y esto no me lo contaron, lo ví y viví con mis propios ojos.
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Jóvenes y Piqueteros. 2002. Antes de la era de la Juventud de los Kirchner´s, cortando la ruta y arteria del puente de Pueyrredón, entrada a la capital argentina. Reclamaban ¡TRABAJO! |
HEMOS VISTO LA SATANIZACIÓN DE
ESOS JÓVENES cuando desde la prensa y desde partidos políticos
censuraban que iban a las manifestaciones con las caras tapadas y con palos.
No pensaban
que todo tiene un motivo, esos jóvenes tapaban sus rostros porque eran
perseguidos hasta sus casas o lugares de militancia y donde los reconocieran
terminaban “cazados como focas”.
Llevaban
palos para atajar las balas de goma del aparato represivo, cosa que hasta
parece gracioso de reproducir, palos para “atajar” las balas…
Los jóvenes
de izquierda, muchas veces nacidos, criados y formados en las villas, jamás
contaron con dinero como para formar aparatos. Mucho menos con aparatos que los
sostengan para poder seguir su activismo. Para ellos la militancia era y es
justamente eso, militancia.
Nuestros
jóvenes hicieron lo que pudieron cuando vieron caer a otros jóvenes víctimas
del famoso gatillo fácil. ¡Y vaya si pudieron, fueron capaces de arrinconar al
miedo para seguir reclamando frente a las comisarías!
Cuando
despedían a otros trabajadores.
Cuando
entregaron el país contraponiéndose a las privatizaciones.
Los hemos
visto acompañando a las Madres de Plaza de Mayo, a las Abuelas, a los
familiares de desaparecidos entonando con ellos la consigna “ni olvido ni
perdón”.
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Jóvenes madres de las Villas de la miseria pero en pie de lucha. Antes de las presidencias de los Kirchners. Existían, tanto físico como en la lucha por la supervivencia. |
SIENTO UN PROFUNDO DOLOR cuando
se pretende instalar la idea de que los jóvenes hoy manifiestan interés por la
política. Plantarse en esa falacia es una tremenda falta de respeto a todos
esos y esas jóvenes que hace muchos años están en las calles con su férrea
voluntad, carentes de recursos pero con garra de sobra.
Si bien
merece un reconocimiento esta juventud K que comprendió que el “no te metás”,
clásico argentinismo instalado en esta sociedad, no conduce a buen puerto,
también merecen un reconocimiento los otros y otras que supieron ser
consecuentes con sus ideales sin ninguna estructura que los apoye y desde mucho
antes del nuevo modelo.
NO PUEDO, NI QUIERO, NI ME DA LA GANA aceptar
la categorización de la juventud cuando se pretende instalar que hay jóvenes de
primera y jóvenes de quinta. Unos por ser partes del engranaje oficial, los
otros por ser acusados de “caóticos”.
Por nuestros
jóvenes muertos, judicializados, procesados por hacer uso de su legítimo
derecho al reclamo, todo el respeto es lo mínimo que nos corresponde.
Todo el
respeto por esos jóvenes que además enarbolaron siempre las banderas del
internacionalismo y que jamás fueron a países hermanos a pretender imponer nada como
ha hecho alguno “de primera” hace muy pocos días en la hermana Nicaragua.
Todo el
respeto por esos jóvenes que fueron y son capaces de manifestar su solidaridad
con Cuba, con República Bolivariana de Venezuela, con Ecuador, Bolivia contra
el Terrorismo de Estado en Colombia, cosas que ni por broma mencionan otros
jóvenes porque no les interesa.
Los que
salieron a las calles cuando el Estado de Israel masacró a los palestinos y
fueron tildados de antisemitas.
Los que se
movilizaron contra las Masacres en Libia, Iraq, Afganistán.
Los que
apoyaron al pueblo griego.
Los que están
en cada juicio a los engendros de la dictadura.
Los que saben
muy bien que no es mirándose el ombligo o percibiendo dinero como se construye
ideología que nace cuando la injusticia te quema el alma donde sea que se
produzca.
ES HORA DE DEJAR LAS CARETEADAS,
porque lo justo debe ser justo para todos y para todas. Los llamados “zurditos”
siempre tomaron las calles por asalto, comprometiéndose con coherencia de la
ternura revolucionaria aunque ya no esté de moda…
A nuestros
pibes movilizados todo el reconocimiento de quienes pasamos la vida hablando de
otro mundo y ellos fueron capaces de recoger nuestra semilla.
Sólo eso, más
no pudimos darles, nosotros no pudimos hacérselas fácil.
Por eso, hoy
este homenaje que considero un deber que tenemos los adultos para con ellos y
ellas: los incansables invisibilizados.